Vermont Studio Center Residency April. 2- 15, 2017
Barbed Magazine Issue no.4
La obra como laboratorio visual
por Daniel G. Alfonso
El arte emergente de la Isla cada vez posee más fuerza, sus protagonistas son capaces como en décadas anteriores de reflejar en sus creaciones problemáticas actuales y arraigadas a su contexto. Algunos, por cuestiones de superación en el universo plástico, buscan en otros territorios espacios que les permitan generar nuevas ideas y un proceso creativo totalmente novedoso. Este es un punto que Rafael Domenech (1989) conoce muy bien.
Graduado de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro en el año 2009, la obra de Rafael Domenech en estos momentos estaba centrada según nos dice “en cuestionarse desde su pensamiento la función de la Institución-Arte en Cuba y de todo lo que de alguna manera le frenara su desarrollo intelectual”. Por esta línea de trabajo encontramos piezas como The Wall, exhibida durante la décima Bienal de La Habana o la pieza presentada en la muestra colectiva “Ya sé leer” ubicada en una de las salas del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam.
Este es un período en el que Rafael explora y discursa a través de elementos arquitectónicos, un medio que le permite indagar en aspectos como exterior/interior y marcar su interés por jugar con la relación del paso del tiempo. “Hasta el día de hoy creo que son las piezas más exitosas que produje en Cuba”, comenta. Asimismo, realiza obras en las que presenta al espectador símbolos sociales que el individuo normalmente podía observar en su cotidianidad, por ejemplo coloca en el lienzo pintadas del gobierno, grafitis y marcas que luego extrapola a una ciudad imaginaria que le posibilitaba mostrar sus ideas sobre la censura.
En Cuba llegó a realizar la exposición personal titulada “Última imagen de Ciudad”, un proyecto que cerraba una etapa y daba comienzo a una nueva estética en sus creaciones. En 2010 nuestro artista decide trasladarse hacia los Estados Unidos y continuar con su aprendizaje en un contexto diferente. Su estadía en la New Wolrd School of the Arts le permitió renovar su lenguaje y aumentar su proceso investigativo, desligado de su pasado sus producciones se moldearon a un desarrollo estético vinculado a un debatir constante sobre sus alrededores y su propia historia. “Creo que una persona que no está en discusión consigo misma y con su entorno no es capaz de auto renovarse”.Radicado en otro ambiente, el curador Juan Delgado Calzadilla lo invita a participar en la primera edición de Detrás del Muro ubicado en la zona del Malecón habanero durante la oncena Bienal de La Habana. Para Rafael Domenech, comenta, “fue una experiencia interesante desde el punto de vista antropológico, le permitió observar varios fenómenos sociales que son una realidad imperativa de muchas personas de la Isla”. Su instalación Possibles chances, habla de conceptos como la migración (condición muy personal de este creador), de deseos de cambios, de transitar de un lado a otro y encontrarte como obstáculo llegar al mismo punto de inicio. Aquí él tiene muy en cuenta al público, primer destinatario que hace que la pieza cumpla su función.Rafael Domenech, ganador de la Beca Cintas en el 2015 y la Tulsa Fellowship, es un artista muy versátil que investiga día a día en su laboratorio, un espacio de lectura caracterizado por la tenacidad. Le interesa, nos dice, “apreciar el arte como una investigación que no tiene un final fijo y que sigue evolucionando y expandiéndose”.La percepción visual y sensorial, la relación espacial que se logra con sus creaciones y la temporalidad son conceptos que hay que tener en cuenta a la hora de analizar sus creaciones.